el blog sin atributos
A un conocido escritor le ocurrió algo que bien puede describirse como la última de las pesadillas modernas: alguien, un innombrable e innominado, hizo un blog y lo bautizó con su nombre. Redactado de una manera que intentaba torpemente parodiar la riqueza del estilo de ese escritor, con textos que eran una glorificación de la banalidad y la estupidez, el blog hace tiempo que dejó de actualizarse pero sigue allí, como una presencia insignificante pero molesta. Lo peor, sin embargo, son los comentarios de algunos visitantes que aprovecharon ese canal para atacar al escritor con insultos y vilezas.
En la blogósfera uno puede ser como quiera, dejar sus defectos del otro lado y darle a la personalidad todos los atractivos que le faltan en el pesado mundo real. Si bien sería exagerado proclamar que cada blog es un mundo, sí podría decirse que cada blog es una representación de un microuniverso ideal cuyas reglas son las que nosotros somos capaces de sostener y, lo más importante, que genera sus propias relaciones. Un blog puede ser tan olvidable como una gota en el mar, o atraer, con las buenas y las malas artes de la seducción, el tan ansiado «tráfico». Son muchos los escritores que tienen blogs genuinos, donde establecen un diálogo más o menos serio y más o menos verdadero con lectores, conformando algo así como un espacio de acercamiento, como el reconocimiento de un «otro», destinatario de su literatura, o incluso como una especie de salida, por imperfecta que sea, al dilema de la falta público en el mundo real.
Aunque la personalidad revelada en un blog es siempre falsa, o, como mínimo, subjetiva y adornada, también está sostenida por una persona verdadera. Pero esta página apócrifa, un verdadero blog sin atributos, no oculta otra cosa que su falsedad, detrás de la cual no hay nada.
1 comment:
huh. thanks for thread..
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